martes

La Maleta Titiritera


Hay una cosa interesante que ha ocurrido durante los talleres que taller Títere fue! imparte. y es que nadie sabe de dónde vienen los títeres, pero tampoco a nadie parece extrañarle no saberlo. Se asume que ahí están, que siempre han estado y que posiblemente, sobrevivirán a los siglos.
Difícil tarea explicarle a un niño -incluso a un adulto-la procedencia de éstos mágicos seres. Primero, porque al pensarlo como adulto la cosa no tiene mucho misterio. Lamentablemente, no hay fechas específicas -como a los adultos nos gusta-, no hay grandes personalidades -bueno, bueno -si las hay, como nos gusta a los adultos-, pero a éste punto en que la humanidad ha llegado, éstas personalidades no han sobresalido demasiado en el imaginario común. No es como hablar de Platón, que aunque uno no sepa quién es, qué hizo, de dónde es...al menos el nombre viene por alguna asociación. Y es que a los adultos nos gustan las grandes personalidades. Leemos el periódico y decimos al ver alguna fotografía: ese...ese que ves ahí...es un tipo famoso....muy famoso...e importante, mucho muy importante.
Y quizá sea cierto...no lo niego...pero y los grandes titiriteros? Sí, sí, sí...no sucede lo mismo con los titiriteros. Tampoco con los mismos títeres, a menos que sean aquellos que vemos por la televisión.

Volviendo al punto inicial, nadie sabe de dónde vinieron los títeres.

En taller Títere fue! no resulta ameno responder a ésta pregunta resaltando las fechas,o las "grandes personalidades" -eso que tanto nos gusta a los adultos-. En todo caso, parte de todo es que la imaginación juegue un papel primordial en la tarea titiritesca. Es así como, yo comienzo contando una de dos historias que he inventado. La primera -que acá comparto-, sobre el orígen de los títeres....y los títeres vinieron en una maleta.

Esta maleta ha estado viajando por todo el mundo...y cuando cae en las manos de un titiritero, éste se encarga de fabricar la propia para luego abandonar en un parque, una plaza, una estación de buses...cualquier lugar público, aquella maleta tirititesca que ha llegado a sus manos. Lo hace para que otros titiriteros la encuentren y fabriquen una propia, siguiendo mas o menos las dimensiones de la original. De ésta forma, la maleta titiritesca ha viajado por muchos lugares, siendo tomada por muchos y diversos titiriteros quienes se dan a la tarea de fabricar y fabricar copias de ésta maleta.
Ahora bien... de donde vino la maleta titiritesca original?. Lamentablemente -para los adultos-, no tenemos una fecha exacta. Sabemos, en cambio, que hace muchos muchos muchos siglos, un carpintero necesitaba una maleta para guardar sus herramientas y trozosde madera que sobraban, porque no le gustaba desperdiciar hasta el más mínimo trozo de su preciado material.
Y fabricó una maleta...pero no la hizo con madera común, pues sabía muy bien que ésta se humedecería con el paso de los años, o le saldrían bichos, o podría quemarse y esto inevitablemente se propagaría por el taller. Así que eligió un material especial, que producía un árbol que tenía en el jardín. Este era el último de los árboles que existían sobre la faz de la tierra, capaz de proporcionar el material especial con el cual fue fabricada la maleta titiritera. Así como el caucho que se extrae de los árboles, éste material era perfecto.
Fue así como, manos a la obra, construyó la maleta y pudo guardar lo que tanto apreciaba.
Pero un momento... la maleta está muy bien...pero.... y los títeres?
Ahhhh... los títeres. A eso voy. A eso voy.
La maleta titiritera estuvo en el taller de éste carpintero por muchos años, hasta que éste se hizo viejo. Una tarde, el ebanista -pues a los adultos nos gusta escuchar palabras importantes-, decidió obsequiarle la maleta tirititera a su pequeño nieto, quien -al abrirla-, lo primero que hizo fue jugar con los trozos de madera, dándoles una voz a cada uno, como si se tratase de personajes de una obra de teatro.
Cuentan que fue tanta la felicidad que al viejo ebanista le dio ver a su nieto, que le prometió que al morir, su alma volvería a la carpintería y estaría en los trozos de madera que contenía la maleta titiritera, con la única condición que el pequeño la cuidara y aprendiera el oficio para tallar en los trozos el rostro del abuelo.
Y así lo hizo.
Entonces, los trozos de madera se transformaron en muñecos a los cuales, el ahora hombre y carpintero había cumplido su promesa. Y con éstos muñecos, se encargó de contarle a sus hijos y nietos la historia de su padre. Para ello, tomó los muñecos y dándoles una voz y moviéndolos con sus manos contó su historia. Y así surgieron los primeros títeres y el primer titiritero.
De la maleta titiritera no se supo nada, unos dicen que se perdió en el mar...otros que el hijo del hijo del viejo ebanista había seguido con la promesa...lo que sabemos es que cada vez que la maleta titiritera aparece, un hombre, una mujer, niño, maestro, doctor... cualquiera que tenga una historia qué contar, la toma y fabrica una copia exacta de ella, sabiendo incluso que, sin poder utilizar el mismo material, si hace la promesa de contar una historia, dándo vida a un muñeco, estará siendo por un instante, un titiritero.

Escrito por Antonio González
Dramaturgo, titiritero, arquitecto



No hay comentarios: