
Este conejo dio mucho de qué hablar en la reciente actividad del taller Títere fue! y es que, entre fabricación y exposición, algunas niñas dieron el mismo nombre a sus títeres, cosa que creó por momentos gran enfado! Pero todo se resuelve al reconocer que así como hay millones de Antonios, (por ejemplo), hay una única persona, irrepetible. Cosa similar ocurre con los títeres, que, pueden tener el mismo nombre pero jamás serán el mismo...esa es la magia de los títeres que hacen los niños...son hechos con sus manos, con su imaginación, con su corazón, con su risa. De ahí se sostienen.


Caso resuelto.
Y bueno, éste taller de títeres se remata con la presentación de los títeres por parte de las niñas quienes, al principio con el temor propio de verse tras un escenario, fueron ganando ánimos y presentando a sus títeres, dándoles un nombre y describiendo algunos de sus gustos más excéntricos!



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